La vida es un reto.
Sin desafiarnos a nosotros mismos,
no podemos desarrollar la personalidad.
Después de todo, son ustedes, ustedes mismos, quienes establecen la fortaleza en su vida.
A través de esforzarnos podemos desarrollarnos como seres humanos.
Cuando nos enfocamos en ese desafío,
el ser humano, por naturaleza, es capaz de desarrollarse incesantemente.
Sin embargo, cuando empezamos a compararnos con los demás
esto podría impedir el crecimiento y dejaríamos de desarrollarnos.
Si tenemos algo a lo que podamos entregarnos sinceramente,
esto naturalmente cultivará y nutrirá los fundamentos espirituales de nuestra vida.
Cuando nos ponemos metas, podemos desarrollar un sentido de esperanza.
Una vez establecemos una meta clara,<
a medida que nos dirigimos hacia la concreción de esa meta.
No importa lo que pase, el sol siempre sale.
A veces podemos sentir que nuestro dolor y soledad
en la noche triste y oscura perdurará para siempre.
Sin embargo, el amanecer siempre llegará sin falta.
Por lo tanto, en lugar de preocuparnos si tendremos éxito o no,
determinemos y tomemos acciones valientes.
No hay necesidad de intentar parecer mejores de lo que somos.
Lo importante es seguir avanzando continuamente,
dando pacientemente hoy un paso adelante.
Es esencial asegurarnos de hacer todo lo que podamos en este momento,
tal como somos.
Primero debemos decidirnos,
porque es nuestro fuerte ichinen, o la capacidad resolutiva,
lo que nos permite extraer todo nuestro potencial.
No hace falta decir que tenemos el Gohonzon
con el que “no hay oración que quede sin respuesta”.
Tenemos la práctica de la “estrategia del Sutra del loto”,
la cual supera todo lo demás.
Día tras día, ¡sigan avanzando y
mejorándose a sí mismos!
Hoy, trasciendan resueltamente el “yo” de ayer
y triunfen con un espíritu indomable!