La felicidad se halla en superar las dificultades

“Los que creen en este sutra deben estar preparados para
enfrentar dificultades.”


“Cuando yo, Nichiren y mis discípulos llevamos a cabo la práctica
del Sutra del loto, en el Último día de la Ley, surgen dificultades,
éstas han de ser consideradas “prácticas pacíficas.”

Nichiren Daishonin a través de estas frases de sus escritos
trasmite que la verdadera paz y felicidad se encuentra en luchar por
superar los obstáculos.
El mensaje principal del capítulo catorce del Sutra del loto, “Prácticas pacíficas”, es que podemos consolidar un estado de vida tal, que
ningún obstáculo pueda llegar a perturbar nuestra paz interior.
“Pacífico” no alude a un estado de
vida libre de esfuerzos o de sufrimientos. Sino, se refiere a vivir sin dejarse intimidar ni influir por los problemas, por grandes que sean.
Ahí reside el verdadero estado de paz y de felicidad. En otras palabras,
practicando la Ley suprema de Nam-myoho-rengue-kyo, podemos
convertir cualquier circunstancia en causa de “paz” y de “felicidad”.

Éste es el principio según el cual los deseos mundanos conducen a la
iluminación y es la práctica que permite lograr la Budeidad en esta existencia.
Podemos decir que abrazar la Ley de Nam-myoho-rengue-kyo, o el
Gohonzon, es en sí mismo una verdadera “práctica pacífica”.
La historia de la Soka Gakkai demuestra que la paz se encuentra
en hacer frente a las dificultades. La organización se erigió a partir de la
lucha incondicional de miles de personas comunes y anónimas.
En la época en que vivimos y en sentido general, la gente no está satisfecha con la vida que lleva ni con la situación que impera en el mundo. Parece predominar una clara sensación de impotencia. Es como si el hombre se preguntara:
“¿Qué puedo hacer yo para cambiar las cosas?”.

Esta atmósfera de inutilidad y desesperación proyecta una sombra amenazadora sobre el mundo anímico del ser humano y
sobre la sociedad. Sin embargo el destino más penoso puede convertirse en crecimiento para cumplir una misión en nuestra vida. El Sutra del loto enseña esta forma de vivir, fuerte y resistente.
Es lo que explica el capítulo “Maestro de la Ley” de este sutra, cuando habla de los grandes bodisattvas que eligen nacer en mundos impuros para exponer el Sutra del loto y ayudar a los que sufren, aun cuando podrían nacer en tierras puras, si asi lo desearan. Los que hoy difundimos la Ley mística en este mundo
somos los bodhisattvas a los cuales se refiere el Sutra. Estamos representando la grandiosa epopeya que nosotros mismos escogimos.
El Sutra del loto –es decir el Budismo– no existe lejos de la vida cotidiana ni es algo distinto de ella. Si tiene algún significado real, éste ha de encontrarse y de manifestarse en las acciones inmediatas de quien la practica. El budismo existe aquí, a nuestro alrededor, en la vida cotidiana, en la existencia humana, en la sociedad.
Plantear el Budismo como algo separado de la realidad es un engaño.

El capítulo “Prácticas pacíficas” dice que quienes practican la Ley mística “estarán libres de todo temor, como el rey león, y que poseerán una sabiduría brillante como el sol.
El Kosen-rufu es un movimiento y una revolución humana para iluminar
el mundo con una inmensa sabiduría, así como el sol alumbra la Tierra. La idea es que cada persona llegue a ser una luz de sabiduría; cuando las luces se multiplican, el mundo entero sale de las sombras.
El Kosen-rufu, entonces, podría describirse como el grandioso “arte” de revolucionar el estado de vida interior de los seres humanos. Desde un enfoque concreto, se reduce a extender una red de paz, cultura y educación.
El capítulo “Prácticas pacíficas” comienza cuando un bodhisattva le pregunta a Shakyamuni cómo habría que enseñar el Sutra del loto en la “época corrupta” que estaba por venir.
En respuesta, Shakyamuni explica los conceptos “acto pacífíco”, “palabra pacífica”, “pensamiento pacífico” y “voto pacífico” que, en conjunto, constituyen las cuatro formas pacíficas de practicar.
El adjetivo “pacíficas”, en el término cuatro formas pacíficas de practicar”, significa practicar la Ley mística con el cuerpo, la boca y la mente, es decir, con las tres clases de manifestación de un ser humano: la acción, la palabra y el pensamiento (incluido los sentimientos). O, dicho de otro modo, con todo nuestro ser.
Cuando uno lleva a cabo la práctica así, su vida se impregna de paz y felicidad.

Nam-myoho-rengue-kyo es la Ley de la verdadera paz y de la auténtica
felicidad.
El Ongi Kuden (registro de las enseñanzas transmitidas oralmente) dice: “La entidad de estas prácticas pacíficas es [esta enseñanza de] Nammyoho-rengue-kyo, transmitida por el bodhisattva Prácticas superiores (Jogyo)”.Gosho Zenshu, pág. 798)
En una disertación referida al capítulo “Prácticas pacíficas”, Josei Toda, segundo presidente de la Soka Gakkai, expresó que aunque existían estas cuatro formas pacíficas de practicar, cada una de la cuales es bastante particular, el Daishonin transformó estas formas a realizar la práctica de Nam-myohorengue-kyo, ya que por esa vía cualquier persona podía lograr la paz y felicidad.
El mismo capítulo “Prácticas pacíficas”, leído desde la perspectiva iluminada del Daishonin, es mucho más simple. Dice: “Si tiene problemas, haga daimoku delante del Gohonzon. Cuando lo hacemos,
¿acaso no sentimos paz y alegría?
¿Acaso hace falta algo más?”
Nichiren Daishonin dice:
“No hay felicidad más verdadera para los seres humanos que entonar Nam-myoho-rengue-kyo… No hay otra felicidad verdadera más que mantener la fe en el Sutra del loto”. Los escritos de Nichiren Daishonin, pág 715.

Esta no es una felicidad que pueda obtenerse sólo mediante la satisfacción de los anhelos y los deseos. Es cuestión de “experimentar la ilimitada
alegría de la Ley”: recibir y disfrutar, libremente, la dicha que brinda la Ley que brota desde lo profundo de nuestra vida. Cada persona puede, sin falta manifestar un estado de paz y felicidad como éste. Y porque esta paz y esta felicidad provienen de la propia vida, son perdurables.