Los nuevos desafíos generan un dinamismo enérgico en nuestra vida

¿Cuál es la clave para lograr una gran empresa?
Es el fuerte sentido de responsabilidad.
Es la firme voluntad de decir: «haré realidad mis ideales sí o sí».
Cuando tenemos una profunda determinación de “levantarse solo” emana un poder ilimitado desde el interior de la vida.

Quien es consciente de su misión,
y continúa asumiendo nuevos desafíos,
mientras renueva su ichinen “día tras día y mes tras mes”,
siempre tiene un espíritu fresco de “desarrollo personal” y “progreso” y en su vida palpita un enérgico dinamismo.
Una persona así es un verdadero vencedor como ser humano.

En cierto sentido, la vida es una batalla constante contra el estancamiento.
Mientras vivamos y nos esforcemos en la vida,
es natural que enfrentemos obstáculos y dificultades.
Por lo tanto, a decir verdad, si todo marchara bien,
sin “ningún estancamiento”, sería una señal de estancamiento.

El propósito de nuestra práctica es inaugurar en la vida de cada uno de nosotros la “capital de la felicidad” eterna e indestructible
mientras observamos con calma hasta los propios sufrimientos.
Cuando elevamos el estado vital, nuestra felicidad se despliega.

Cuando ampliamos la condición vital, nuestra felicidad se expande.

El daimoku transforma todo tipo de sufrimientos
es la energía que nos permite avanzar llenos de esperanza.

Cuando tomamos conciencia de ello, nos damos cuenta de que todos los sufrimientos son en realidad ingredientes esenciales para la felicidad.

Por consiguiente, la persona de fe verdadera es alguien que, por propia iniciativa, aspira a escalar una montaña y se esfuerza en ascender y conquistar esas montañas una tras otra.

La quintaesencia de la fe yace en el espíritu de “más que nunca”.
Sea buena o mala la situación actual,
¡sigan adelante resueltamente, un paso tras otro!
Desafíense a sí mismos día tras día,
y trabajen incansablemente mes tras mes.
Al vivir así, encontrarán el camino de la “revolución humana”.